El arte de fondear o El fondeo no es feo -1- Introducción. Historia sucinta.

24.11.2015 16:06

 

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La importancia del tema exige un artículo de mucha extensión que probablemente fatigará tanto al lector como al autor, de modo que es preferible hacerlo y leerlo por entregas.

 

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Introducción

El arte —mayor— de navegar siempre ha estado íntimamente unido al arte —menor— de fondear. Si el objetivo del arte de navegar es trasladar, con seguridad, una nave de un lugar a otro, el del arte menor es mantener la nave en el mismo lugar si no hay muelle donde atracar. Cuando no existían los puertos y el tamaño y tonelaje de las naves impedía vararlas en la playa, este arte adquirió su verdadera magnitud.

Pero veamos que dice el Diccionario de la lengua española de la RAE:
fondear.

5. intr. Mar. Dicho de una embarcación o de cualquier otro cuerpo flotante: Asegurarse por medio de anclas que se agarren al fondo de las aguas o de grandes pesos que descansen en él. U. t. c. tr.

El arte de fondear además de servir para mantener el barco sujeto al fondo con seguridad en el fondeadero escogido, era fundamental para ciertas maniobras de los buques de vela en aguas confinadas. Actualmente, en determinadas circunstancias, lo sigue siendo para maniobrar con eficacia y seguridad en dársenas y puertos, si el barco no dispone más que de una hélice en popa. También es indispensable para la navegación de recreo, pues uno de los grandes placeres que proporciona es poder fondear en una cala apartada para disfrutar de la natación y el buceo en aguas transparentes o gozar simplemente de la soledad, el silencio y el paisaje natural, bienes cada día más escasos.

Velero fondeado en cala Macarella (Menorca)

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Para llegar a la maestría, como en todas las artes, se requiere aprendizaje, práctica y también algún fracaso.

 

Historia sucinta

El ancla es casi tan antigua como la navegación; no como la conocemos actualmente, pero con el mismo cometido: Agarrar o hacer presa en el fondo y, unida al barco mediante una línea, impedir que quede a la deriva. La historia del arte del fondeo comienza con la aparición del ancla, instrumento principal de este arte. Este ingenio probablemente se empezó a utilizar hace unos 7.000 años. Se han encontrado anclas de piedra con un orificio para fijar la línea de fondeo en muchas partes del Mediterráneo.

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Las primeras líneas de amarre o de fondeo eran de tendones o cuero y más tarde se empezaron a utilizar fibras vegetales trenzadas.

El siguiente paso fue perforar otros dos agujeros en piedras planas o lajas para insertar en ellos estacas a modo uñas que mejoraban el agarre.

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Después se mejoró el diseño con una estructura de madera que envolvía una piedra pesada, como la poutada gallega o el sacho, que todavía se usa en las islas Chiloé.

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Posteriormente, con el descubrimiento del plomo, se utilizó este metal para hacer más pesado el artilugio.

El cepo fue el siguiente eslabón de la mejora y fiabilidad de los fondeos. Al fondear con anclas de dos uñas, si quedan paralelas al fondo, al soportar la tracción del barco empujado por el viento y/o la corriente, el cepo la obliga a pivotar y una de las dos uñas se clava en el fondo.

El descubrimiento y procesamiento del hierro fue el siguiente escalón en la evolución de los fondeos.

Los romanos y también los vikingos empezaron a utilizar cadenas entre las anclas y las amarras, para hacer más pesado el conjunto.

Los romanos mejoraron el diseño del ancla de madera combinando este material con el plomo.

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Con el advenimiento de las forjas y fundiciones, se mejoró el ancla romana primero con el arganeo de hierro y después sustituyendo el cepo de plomo por otro que combinaba este metal con el hierro y la madera

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Más adelante también la caña, los brazos y las uñas pasaron a ser de hierro. Las más antiguas halladas en el Mediterráneo son del siglo II.

La evolución del ancla de hierro coincidió con el desarrollo de la siderurgia. Desde el siglo XIII se empezaron a fabricar anclas de hierro en el País Vasco. A partir de finales del siglo XV estas anclas se exportaron a otros países europeos y a las colonias españolas. Las anclas fabricadas en Vizcaya llegaron a gozar de gran prestigio entre los marinos de todo el mundo, tanto es así que al ancla también se la llamaba comunmente "la vizcaína". A principios del siglo XVII los holandeses se hicieron con la supremacía en el diseño, fabricación y exportación de grandes anclas.

La introducción del cabestrante a bordo, tuvo lugar en el transcurso del siglo XV. Con la ayuda de un virador, el cabestrante permitió incrementar el peso de las anclas y cables.

Dibujo de https://www.wpclipart.com

 

La introducción de los molinetes en el siglo siguiente permitió utilizar cadenas y maniobrar con anclas todavía más pesadas. 

Con la utilización exclusiva del hierro en la fabricación de las anclas, el diseño fue mejorando hasta llegar, tras la introducción del cepo plegable (que mejoraba su estiba), al ancla almirantazgo que reinó sin competencia durante el siglo XIX.

Dibujo de https://www.exponav.org

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En paralelo a la evolución del ancla de hierro se empezó a fabricar y usar cable y cadena de éste mismo material. También comenzó la fabricación de rezones (grampines o arpeos) de hierro, especialmente para barcos de pesca y embarcaciones menores.

A esas alturas de la historia la fabricación de cabos se había desarrollado bastante, utilizándose principalmente cáñamo, sisal, abacá y coco.

En el transcurso del siglo XIX el diseño del ancla almirantazgo se mejoró con el forjado de la cruz y las uñas en una sola pieza y su articulación sobre la caña, como en las anclas Rodgers, Trotman y Martin. Además de mejorar el agarre, tanto la cruz articulada como el cepo permitían desmontar el ancla, facilitándose su estiba. 

Modelo de ancla Trotman. Foto de https://preview.turbosquid.com

 

La introducción de los molinetes de vapor, permitió incrementar el peso de las anclas y las cadenas.

En el siglo XX, con el avance en la manufactura del acero fundido, empezó la fabricación y difusión de las anclas sin cepo, como las Hall y Byer que, con pequeñas variantes, se siguen utilizando en los grandes buques.

Dibujo de https://www.rtrillo.com

 

A partir de 1930 hasta nuestros días no han dejado de comercializarse nuevas anclas, la mayoría diseñadas especialmente para embarcaciones menores, como las CQR, Danforth, Bruce, Britany,  Buegelanker, Spade, Delta y otras.

El desarrollo de las cadenas —de acero, soldadas, con contrete, galvanizadas, galgadas, etcétera— corrió parejo al de las anclas.

En el siglo XX se sustituyeron las fibras naturales por las sintéticas en la fabricación de cabos, consiguiéndose más resistencia, menor peso y larga durabilidad.

Podemos decir que en los grandes buques la sustitución de los molinetes accionados por vapor por los hidráulicos y la instalación, en los barcos pequeños, de compactos y eficaces molinetes eléctricos, han sido los últimos pasos en la historia de los medios de fondeo.

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Román Sánchez Morata 24-11-2015

 

2ª entrega:

Fondeaderos. Sistemas de fondeo.

 

Índice de artículos por entregas

 

Fuentes:

https://www.practicosdepuerto.es

https://pfdb2.com.ar

https://www.barcosyyates.com

https://www.paranauticos.com

https://oro.home.xs4all.nl

https://www.cibernautica.com.ar

https://books.google.com.mx

https://212.170.242.245

https://sites.google.com

https://sailandtrip.com

https://es.wikipedia.org

https://en.wikipedia.org

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