Tromelin, la isla de los malgaches resilientes

10.08.2017 20:59

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La Isla Tromelin (en francés Île Tromelin) es una isla o islote de unos 800 metros cuadrados. Rodeada de arrecifes que hacen muy difícil el desembarco, mide aproximadamente 1650 metros de largo por 650 metros de ancho. Se trata de un islote coralino y arenoso de forma almendrada prácticamente plano, el punto más alto apenas alcanza los siete metros, con escasa vegetación y sin agua. Está ubicada en el océano Ìndico, a 254 millas al ENE de Madagascar y a 302 al NNW de la Reunión ―15°53'30''S, 54°31'30''E―.

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La isla pertenece a Francia, adscrita al distrito de las iles Eparses de l'océan Indien de las Terres australes et antartiques françaises o TAFF, pero es reclamada por la República de Mauricio.

Su ZEE (Zona Económica Exclusiva) tiene más de 280.000 km².

La isla no está habitada de manera permanente. Tiene una pista de aterrizaje sin asfaltar de 1200 metros de longitud. 

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Descubierta en 1720 por el navegante francés Jean Marie Briand de la Feuillée, al mando del barco de la Compañía de las Indias Orientales “Diane”, quien le impuso el nombre de Île des Sables.

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En 1761 naufragó, en los arrecifes que la rodean, el barco francés L’Utile.

El 29 de noviembre de 1776, Bernard Boudin de Tromelin, al mando de la corbeta francesa La Dauphine, desembarcó en la isla, rescató a los supervivientes del naufragio de hacía 15 años, reclamó la soberanía francesa de la isla y determinó su situación. La isla se rebautizó con el nombre de este caballero francés.

Administrativamente la isla quedó adscrita a Mauricio.

En 1810, durante las guerras napoleónicas, esta última isla capituló delante de las fuerzas británicas y quedo en posesión del Reino Unido. El Tratado de París ratificaba el cambio de soberanía, pero no especificaba que la dependencia anexa de Tromelin estuviera incluida en el tratado. En esto último se basa la reclamación la República de Mauricio sobre el islote.

En 1830 el capitàn Laplace se acercó a la isla y no pudiendo desembarcar, la rodeó para comprobar que no hubiese náufragos, señalando que varias cabañas seguían en pie.

En 23 de noviembre de 1867, el tres mástiles indio "Atieth Rahamon", al mando de Samuel C. Hodges, en travesía de Mauricio a Bombay cargado de azucar y dos pasajeros, naufragó al SE de la isla. La tripulaciòn y el pasaje consiguieron desembarcar en Tromelin. Un bote abierto fue despachado en demanda de socorro. 33 días más tarde los 57 supervivientes fueron rescatados por el bergantín francés "Pionnier", al mando del capitán Delaselle.

Entre 1953 y 1954 se construyó una estación meteorológica y las dependencias para su personal, aunque hoy en día funciona de manera automática. Por las mismas fechas se plantaron unas cuantas palmeras.

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En los años 2007 y 2013 se realizaron varias expediciones arqueológicas patrocinadas por la UNESCO, que averiguaron casi todo lo que sabemos sobre los náufragos abandonados.

En junio de 2010, Francia y Mauricio llegaron a un acuerdo de cogestión de Tromelin, acuerdo que, a día de hoy, sigue pendiente de ratificación.

Actualmente en la isla acostumbra a permanecer un pequeño destacamento de soldados franceses y periódicamente acuden meteorólogos y técnicos a efectuar trabajos de mantenimiento en las instalaciones meteorológicas y anexas.

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El clima de Tromelin es tropical marítimo. Los vientos alisios soplan con regularidada entre marzo y noviembre (de 10 a 25 nudos entre el este y el sureste, con predomínio del ESE), siendo julio el mes más ventoso. La isla se halla en la trayectoria de las depresiones tropicales y ciclones en esta parte del mundo; en 1986 sufrió el paso de dos ciclones. No llueve mucho, siendo octubre el mes más seco y enero y febrero los más lluviosos. La precipitaciòn total anual oscila entre 1000 y 1500 mm. La temperatura media es de 20 a 26º C, siendo febrero el mes más caluroso.

 

Una vez situados geográfica e históricamente, vamos a conocer la trágica historia del naufragio y posterior abandono de parte de los náufragos:

 

L’Utile era una flûte* francesa de 3 palos y 800 toneladas, construida en Bayona entre 1758 y 1759. Estaba previsto que se incorporara a la Armada, pero, concluida la Guerra de los Siete Años entre las coronas francesa y británica, no se consideró necesario y fue vendida a la Compañía Francesa de las Indias Orientales, que comisionó como armador a su corresponsal en Bayona, Jean-Joseph de Laborde.

L’Utile seguramente tenía este aspecto, si acaso un poco más pequeño.

Una flûte. Dibujo de Wenceslaus Hollar.

Imagen de https://upload.wikimedia.org

 

El 17 de noviembre de 1760 L'Utile zarpó de la capital lapurdina (país vasco-francés), hizo escala en Pasaia (Pasajes) para completar las provisiones y, de ahí, armado con treinta cañones, partió definitivamente hacia el océano Índico, con el capitán Jean de Lafargue al mando de una tripulación constituida por 142 hombres. Se ha determinado que gran parte de la tripulación era vasca, la mayoría de Baiona, pero también de Bilbo, Lekeitio, Ezpeleta, Baigorri o Angelu. No obstante, tal como era y es usual en la mar, era una tripulación multinacional y en ella había también franceses, holandeses, españoles, gallegos y bretones.

L'Utile zarpó hacia el Indico con la prohibición expresa de traficar con esclavos. Llegados a Madagascar y cumplida la supuesta misión encomendada, el capitán con la probable complicidad de sus oficiales y de los administradores coloniales franceses, embarcó ilícitamente 160 esclavos malgaches, con la intención de venderlos provechosamente en las plantaciones de las islas Reunión y Mauricio que por aquel entonces se llamaban Ilê Bourbon e Ilê de France respectivamente.

Para evitar ser detectados, el capitán trazó una derrota por aguas poco frecuentadas, lo que le llevó cerca del islote Tromelin.

En la noche del 31 de julio de 1761, de acuerdo con el detallado relato del sobrecargo de la nave, esta se encontraba en las proximidades de la isla llamada entonces Île des Sables. El viento soplaba entre 15 y 20 nudos del SE. Las situaciones de las islas más pequeñas y remotas en las cartas marinas de la época, no eran muy precisas y un capitán más prudente probablemente se hubiera puesto al pairo a esperar la luz del día. Pero Jean de Lafargue parece que tenía prisa por desembarazarse de los esclavos y realizar beneficios. La “Utile” golpeó contra un arrecife destrozando el casco. La mayoría de los esclavos, atrapados en las bodegas, se ahogaron. A la mañana siguiente se vio que 123 tripulantes y, dependiendo de las fuentes, entre 60 y 88  esclavos habían sobrevivido. Parece que dos tercios de estos últimos eran hombres. El capitán sufrió una crisis nerviosa que lo inhabilitó profesionalmente, de manera que el primer oficial, Barthélémy Castellan du Vernet, tomó el mando, reuniendo a la tripulación para rescatar alimentos, herramientas, madera y otros restos útiles del naufragio; a continuación montaron dos campamentos, uno para los tripulantes y otro para los malgaches. Tras muchos dìas de esfuerzos y pruebas de ambas comunidades, consiguieron agua salobre cavando un pozo en la parte NW del islote, pero en el ínterin murieron 28 malgaches más. Liderados por el primer oficial y ayudados, parece que voluntariamente, por los esclavos, en dos meses construyeron un nuevo barco con los restos de L’Utile. La nueva embarcación se bautizó con el nombre de "La Providence". Todos los tripulantes embarcaron en ella y abandonaron la isla. Du Vernet, antes de zarpar, dejó a los esclavos una carta certificando su buena conducta, parte de las provisiones rescatadas de L'Utile y la promesa de volver a por ellos.

Dibujo de Sylvain Savoia extraído de https://pbs.twimg.com

 

La tripulación, como veremos más adelante, pudo alcanzar Mauricio, pero los esclavos quedaron abandonados en aquel desolado pedazo de tierra, la Île des Sables, nombre muy apropiado pues en ella prácticamente solo hay arena. Por no haber, no había ni agua dulce, ni vegetación capaz de dar sombra.

La mayoría de los malgaches supervivientes murieron en los dos primeros años.

Dibujo de Sylvain Savoia extraído de https://lasislasdelmundo.blogspot.mx

 

Parece que un grupo de 18 abandonó la isla en una almadía al poco de que fueran abandonados, pero se desconoce si llegaron a Madagascar o a cualquier otro lugar.

Es de suponer que el grupo superviviente, ―probablemente los individuos más sanos y resistentes―, perdida toda esperanza de ser rescatados, decidió aceptar su destino y luchar para sobrevivir y establecerse en ese espacio natural tan inmisericorde. Incluso algunos de ellos puede que pensaran que era preferible la vida en libertad, aún en tan áspero entorno, que la esclavitud en el más amable de los vergeles. Como el testimonio de los supervivientes se perdió, no se sabía lo sucedido realmente y sólo se podían hacer conjeturas. Únicamente la arqueología podía arrojar alguna luz sobre su historia de abandono, supervivencia y, en última instancia, creación de una nueva comunidad.

 

Max Guérout, ex oficial de la marina francesa, investigador, buceador y arqueólogo fundó en 1980 el Grupo de Investigación de Arqueología Naval, más conocido por GRAN, sus siglas en francés. Desde entonces este grupo ha efectuado investigaciones en decenas de naufragios, principalmente en el Mediterráneo.

El GRAN, apadrinado por la UNESCO, llevó a cabo 4 expediciones a la isla en los años 2006, 2008, 2010 y 2013. Gracias a los resultados conseguidos, ahora se puede reconstruir parte de la historia de cómo sobrevivieron los malgaches abandonados durante quince años en un islote desértico y azotado con frecuencia por ciclones que pueden llegar a inundar la isla completamente.

 

En el transcurso de las expediciones se encontraron los restos del naufragio bajo el agua: anclas, artillería, lastre, fragmentos de la campana y otros objetos. En tierra, se localizaron numerosos vestigios: restos de un horno, restos de construcciones, los cimientos de un edificio de forma ovalada con muros de un metro de espesor y diversos objetos, entre ellos, 15 cucharas hábilmente manufacturadas, media docena de cuencos de cobre remendados una y otra vez, docenas de clavos y algunos grandes cuencos de plomo, probablemente para guardar el agua de lluvia. Es posible que el envenenamiento por este metal hubiese sido la causa de parte de las muertes acaecidas entre los abandonados.

Uno de los cuencos de cobre - Foto de https://www.archaeology.org

 

 

Otros hallazgos permiten afirmar que la base de la alimentación de aquellos robinsones estuvo constituida por tortugas y aves marinas, principalmente gaviotas, además de huevos de ave y algo de pescado.

Foto de https://lasislasdelmundo.blogspot.mx

 

También se estableció que, durante todos esos años, mantuvieron un fuego permanentemente encendido, que alimentaban con la madera recuperada de su naufragio, la depositada en sus playas por el mar y la proporcionada por la vegetación muerta de la isla.

 

El propio Max Guérout, destacó que los muros de lo que debieron ser sus viviendas están construidos con mucho esmero a base de bloques de coral. Datos como éste, afirma, avalan el convencimiento de que no fueron personas que se rindieron ante el infortunio, sino personas que, «con orden y método», trataron de sobrevivir.

Imagen de https://www.my-bordeaux-city-guide.com

 

Jean-Paul Demoule, del INRAP, organismo que participa en las investigaciones, ha llamado la atención sobre el hecho de que aquellas personas, que probablemente hasta entonces apenas se conocían y que procedían del altiplano de Madagascar, donde la altitud media es de 1.200 metros, tuvieron que adaptarse a un ambiente marino tremendamente hostil, lo que les obligó a recrear, casi partiendo de la nada, una cultura material e incluso espiritual.

En casi todas las comunidades malgaches de la época era tabú matar y comer tortugas, pero los náufragos tuvieron que quebrar ese tabú para subsistir. Dado que apenas se han encontrado restos humanos en la isla, es de suponer que también cambiaron las costumbres de enterramiento, lanzando los cadáveres al mar.

En esos años, los malgaches vivían en pequeñas chozas de madera, barro y paja, con cada grupo familiar en su propia parcela a cierta distancia de los vecinos. Tales materiales no estaban disponibles en Tromelin, por lo que tuvieron que conformarse con lo que tenían a mano: piedra arenisca de playa y bloques de coral. Asimismo tuvieron que agrupar las viviendas en el punto más alto de la isla para defenderse de temporales y ciclones.

Gracias a todo ello, un pequeño grupo sobrevivió. Puede decirse que la manufactura de ropas con plumas de ave (según testimonio de los rescatadores) y el nacimiento de un niño en la isla, consolidó la nueva comunidad como tal.

Imagen de https://www.researchgate.net

 

Pero volvamos con Du Vernet y los que escaparon de la isla.

Después de cuatro días de navegación, La Providence llegó a Madagascar, desde donde la tripulación fue trasladada a las islas Mascareñas. El capitán De Lafargue, nunca recuperado de su crisis, murió durante el viaje, siendo el primer oficial du Vernet el que dio la cara ante Antoine-Marie Desforges-Boucher, el gobernador de Mauricio, quien furioso por la violación de su prohibición de traer esclavos, se negó a organizar el rescate. Du Vernet solicitó en repetidas ocasiones un barco para volver a Tromelin, pero se le negó una y otra vez. Las noticias del abandono de los esclavos llegó a París y causó un breve revuelo, pero quedó en el olvido a raíz de la Guerra de los Siete Años (1756-1763) y la quiebra inminente de la Compañía de las Indias Orientales. De acuerdo a los documentos encontrados, du Vernet nunca se rindió.
En 1772, en respuesta a otra solicitud del primer oficial, el ministro de asuntos marinos acordó enviar una nave, "La Sauterelle", que llegó a la Île des Sables en agosto de 1774 o 1775 y envió una pequeña embarcación con dos tripulante a bordo para intentar el desembarco. El bote se hizo pedazos contra el arrecife y uno de los tripulantes pudo nadar hasta la playa, uniéndose a los, según el capitán, 13 supervivientes. Uno o dos barcos siguieron a La Sauterelle, pero tampoco fue o fueron capaces de desembarcar. Por fin, el 29 de noviembre de 1776, más de 15 años después del naufragio de L'Utile, La “Dauphine”, capitaneada por Jacques Marie Boudin de la Nuguy de Tromelin, además de tomar posesión de la isla en el nombre de Francia, rescató a los esclavos abandonados. Sólo siete mujeres y un niño de ocho meses de edad habían sobrevivido. El marinero de La Sauterelle, ayudado por los ya tromelinenses, construyó una almadía con los restos del bote, algunas palmeras y otras maderas que no habían sido quemadas. Las velas las fabricaron con la ropa de plumas confeccionada por los isleñosEmbarcó junto a tres mujeres y tres hombres de la isla y la abandonaron con rumbo a Madagascar antes de que llegara la nave salvadora. Se desonoce si consiguieron su objetivo, pero probablemente sucumbieron en el intento.

 

A la llegada del barco a la Ilê de France, el nuevo Gobernador, Jacques Maillart-Dumesle, manumitió a los supervivientes y tomó bajo su protección al niño, a su madre y a su abuela. Posteriormente hizo bautizar al niño como Moisés Jacques, a su madre como Eva, y a la abuela, que no quiso bautizarse, la llamó Dauphine. Las otras sobrevivientes también se establecieron en la Isla Mauricio, pero nada más se sabe de ellas.

Mauricio, Mauritius o Ilê de France - Foto de https://scienceblogs.com

 

La psicoanalista italiana Daniela Gariglio, en una obra colectiva que explora la noción de soledad, tomó el ejemplo de los abandonados de Tromelin para describir la formidable capacidad de resiliencia que muestran los individuos en situaciones extremas. “Los supervivientes de Tromelin son la demostración científica de que cuando el impulso vital se combina con el impulso creativo, se puede sobrevivir reinventando la vida”, explica la psicoanalista, quien evoca el paso de una soledad “destructiva” a una soledad “creativa” durante la larga estancia de los náufragos en la isla. 

Imagen de https://www.researchgate.net

 

Y aquí, amigos lectores, termina esta historia que por un lado refleja la maldad e insolidaridad de algunos seres humanos, y por el otro muestra el instinto de supervivencia, adaptación y superación que anima a hombres semejantes en situaciones desesperadas.

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Román Sánchez Morata – 11-08-2017

 

 

 

*flûte, podría traducirse por urca.

 

 

Isla Saint Paul

 

 

Fuentes:

https://gara.naiz.eus

https://fr.wikipedia.org

https://fronterasblog.com

https://lasislasdelmundo.blogspot.mx

https://natureduca.com

https://chrismielost.blogspot.mx

https://fr.wikipedia.org

https://intrinsecoyespectorante.blogspot.mx

https://www.lemonde.fr

www.slate.fr

https://en.wikipedia.org

https://www.researchgate.net

https://www.france24.com

https://chrismielost.blogspot.mx

https://www.economist.com

 

La isla de Tromelin y el buque “Marion Dufresne”

16-04-2013 (Richard Bouhet/AFP) Foto extraída de https://www.francetvinfo.fr

 

Foto de https://www.slate.fr/story

 

 

Vídeo "Expedición Radio Tromelin 2014" by FT4TA

 

 

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