Francia y el terrorismo democrático

21.11.2015 19:18

 

    Vaya por delante que, como toda gente de bien, lamentamos y deploramos la barbarie perpetrada sobre la población civil de Paris el pasado día 13. Pero al mismo tiempo compartimos plenamente el siguiente análisis.

 

Traducción del artículo publicado en el diario digital catalán

 “El Món

 

Francia y el terrorismo democrático

 

Es bien cierto que pocas cosas evocan más los valores democráticos que "La Marsellesa". Estos días pasados nos lo han recordado con más fuerza que nunca. Pero esta evidencia debería ser compatible con tener presente algunas cosas sobre los usos que los más elevados valores pueden recibir y han recibido.  
 

El día 8-05-1945, en cuanto se conoció la noticia del armisticio alemán, las calles de París se llenaron de una multitud feliz que celebraba la victoria contra el nazismo. Aquel mismo día, aquella mismo celebración en Sétif, en la provincia argelina de Constantina, derivaba en una protesta contra la presencia francesa y en un clamor independentista. La reacción de las autoridades coloniales fue de una brutalidad indescriptible a cargo de la Legión Extranjera y de destacamentos de colonos franceses armados. Nunca se sabrá cuántos musulmanes murieron aquel día y en las dos semanas posteriores en toda la región. Las cifras más moderadas hablan de 1.500 muertes; otras elevan el número de víctimas de aquella carnicería hasta 45.000. 

Aquello fue el anuncio de un conflicto que duró ocho años y que concluyó con la independencia de Argelia en 1962. Laurent Mauvignier en su libro "Hombres" recoge  
el testimonio de soldados franceses que participaron en las masacres contra la población civil, las torturas y ejecuciones de prisioneros muyahidines, todo el horror de una guerra silenciada que causó la muerte de entre 300.000 y medio millón de argelinos. Cuantos, seguramente tampoco en este caso lo sabremos nunca. Una película reciente habla de la crueldad de los colonos y soldados franceses contra un pueblo que luchaba por su emancipación. Entre nosotros se estrenó como "Lejos de los hombres", basada en un relato de Albert Camus, dirigida por David Oelhoffen y producida y protagonizada por Viggo Mortensen. En aquel contexto histórico, el centro de París, que acabamos de ver víctima del terrorismo islamista, sufrió los estragos de otro terrorismo que también mataba gente inocente que iba por la calle, un terrorismo que ponía bombas entonando "La Marsellesa": el de la OAS


París ha conocido otros horrores. El 17 de octubre de 1961, una manifestación de argelinos contra la guerra fue salvajemente reprimida por la policía francesa. Tampoco en este caso conoceremos cuántas personas murieron cosidas a balazos por las calles, torturadas en las comisarías o arrojadas vivas al Sena. Las cifras que se manejan hablan de entre 70 y 200 muertes entre aquella jornada y la siguiente. 

Hay que ver hasta qué punto la escala de valores se aplica en función de quien la invoca y para qué la invoca. El terrorismo islamista —tendría que estar claro, pero lo repetimos— resulta de una determinada interpretación del Islam. Pero vayamos con cuidado llenándonos la boca con elogios de los valores republicanos y democráticos que "La Marsellesa" y Francia representan, porque no olvidemos qué usos han podido recibir y están recibiendo valores abstractos presuntamente tan bondadosos y universales como estos. 

De manera que se nos permitirá un silogismo. Si creemos adecuada hablar de terrorismo islámico para referirnos a los crímenes cometidos en aras de los valores del Islam, justo será que denominemos terrorismo democrático el que ha provocado toda la sangre derramada masivamente en cualquier parte del mundo por Estados Unidos, Francia, Inglaterra y los demás países que, en aras de la democracia, han demostrado hasta qué punto eran ellos quien más cruelmente estaban esparciendo la brutalidad y la barbarie. Democrática, eso sí.

 

Manuel Delgado. 20-11-2015

 

Traducción del catalán: R.S.M